Los robots de Tokio 2020 que creó Toyota: así ayudaron en las pistas y recogieron jabalinas sin intervención humana

En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (celebrados en 2021 por la pandemia), la tecnología no solo estuvo presente en los cronómetros o en las retransmisiones. También pisó el estadio, literalmente. Toyota, como socio oficial del evento, presentó una serie de robots autónomos diseñados para asistir en distintas tareas dentro de las instalaciones deportivas. Entre ellos, uno de los más llamativos fue el que recogía jabalinas y otros objetos del campo de atletismo sin necesidad de intervención humana.

Robots con tareas muy concretas

Estos robots no eran humanoides ni futuristas en apariencia, pero sí tremendamente útiles. Uno de los modelos estrella fue el Field Support Robot (FSR), una pequeña unidad con ruedas y sensores que se encargaba de desplazarse por la pista para recoger jabalinas, discos y martillos, y devolverlos de forma segura al punto de salida.

Gracias a esta automatización, se evitaba que el personal tuviera que entrar constantemente al campo —algo que, además de mejorar la eficiencia, ayudaba a reducir riesgos físicos y facilitar el cumplimiento de los protocolos sanitarios durante la pandemia.

Tecnología al servicio del deporte (y de la logística)

Estos robots eran completamente autónomos: utilizaban cámaras, sensores LIDAR y sistemas de geolocalización para moverse con precisión por el estadio, esquivar obstáculos y completar sus recorridos sin molestar a los atletas ni al resto del personal. Además, estaban diseñados para trabajar en equipo con los operarios humanos, comunicándose con ellos cuando era necesario.

Más allá del espectáculo, el objetivo era mostrar cómo la robótica puede integrarse en entornos reales para mejorar la logística, la seguridad y la experiencia general tanto para deportistas como para organizadores.

¿El futuro de los eventos deportivos?

Tokio 2020 fue un escaparate para muchas soluciones tecnológicas, y los robots de Toyota fueron una de las más comentadas. No solo demostraron ser funcionales, sino que también ofrecieron una imagen clara del futuro del deporte, donde la tecnología no sustituye al ser humano, pero sí lo complementa y lo apoya en tareas repetitivas o potencialmente peligrosas.

 

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